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25 mar 2013

Cómo elegir el libro adecuado para nuestros hijos


Perdido en un mar de libros

Algunas veces nos acercamos a la librería con la intención de comprar libros para nuestros hijos.  Cuando entramos en la sección de literatura infantil nos invade una sensación de angustia.  Nos encontramos rodeados de montañas de libros de todas las especies. Los encontramos de gran formato, de formato mediano, de bolsillo, con ilustraciones de distintos tipos, con lengüetas para estirar, ventanas para abrir... Entonces miramos a nuestro alrededor, buscando con la mirada a alguien que nos pueda socorrer.

Si tenemos suerte, encontraremos a una persona con ganas de ayudarnos y si tenemos aún mayor fortuna, esa persona sabrá aconsejarnos con buen criterio.

Dejarnos aconsejar en la librería, es una de las opciones por la que podemos optar.  Pero ¿dejaríamos al criterio de un desconocido la alimentación o la elección del centro escolar de nuestros hijos?.

Si queremos que nuestra elección sea eficaz, o tenemos un librero de toda confianza o deberemos barajar otras opciones.

Si realmente, le damos a la lectura la importancia que deberíamos, podemos optar por informarnos de una manera más activa, tomando conciencia de la verdadera importancia que tiene la elección de los libros que ofrecemos a nuestros hijos.

¿Como podemos conseguir la información que necesitamos para realizar una buena elección?.

De la misma manera, que nos informamos sobre cuál es la alimentación adecuada para nuestros hijos, el deporte que más les gusta o dónde pueden alcanzar el mejor nivel de inglés, también podríamos tomárnoslo con el mismo interés para informarnos sobre los autores, colecciones y editoriales que son más adecuados para su correcto desarrollo intelectual.

Por supuesto, que son los profesionales, bibliotecarios, mediadores de lectura, animadores y algunos maestros y libreros los que mejor nos pueden orientar, pero esta elección resultará mucho más sencilla si nosotros ya tenemos una idea clara de lo que más se puede adaptar al gusto de nuestros niños.

La forma más directa de saber qué tipo de libro prefiere tu hijo es participando en sus momentos de lectura y hablando con él.

Por supuesto que la edad será un factor determinante a la hora de elegir los libros. También es importante el entorno en el que los niños están acostumbrados a vivir, así como sus gustos personales. Asimismo,  deberemos tener en cuenta las recomendaciones de sus amigos y nuestra orientación educativa.

Teniendo ya, una idea clara de los temas o personajes preferidos de nuestros hijos, los padres podremos accede,r sólo con hacer clic en nuestro ordenador, a interesantes fuentes de información que nos pueden resolver algunos problemas y que nos van a introducir en un mundo desconocido para nosotros, lo que puede resultar apasionante y nos puede dar un cierto aplomo para no encontrarnos perdidos en el mar de libros de la sección infantil de la librería.

Algunos colegios, ofrecen en su página web, recomendaciones muy acertadas, que realmente nos pueden servir de orientación. Desgraciadamente, otros colegios, o no ofrecen estas recomendaciones, o son recomendaciones que no sirven porque no se ajustan a la realidad infantil.

Hablando de hacer clic en internet, podemos encontrar una revista de literatura infantil "Revista Babar", que nos ofrece información actual y adecuada, pensada exclusivamente para el disfrute de la lectura por parte de los más pequeños.

Si tenemos una idea concreta de lo que quieren nuestros hijos, las editoriales dedicadas a la literatura infantil, ofrecen información en sus páginas web no solo de novedades, sino también información detallada de libros concretos.

Tómate un poco de tiempo para elegir los libros de tus hijos. Estos primeros contactos con la lectura son esenciales para ir asentando las bases que formarán futuros lectores. Descubrirás un mundo increíble con el que tu también podrás disfrutar. Los buenos libros, no tienen edad.

¡Anímate!. Tu esfuerzo merece la pena.




5 mar 2013

Libros y bebés ¿tiene sentido?


El primer contacto entre el bebé y el libro

Generalmente, no prestamos atención a la importancia que puede tener el primer contacto entre el bebé y el libro. En la mayor parte de los casos, ni siquiera nos planteamos que ese primer contacto, tenga lugar a una edad tan temprana. Los padres, habitualmente, esperamos a que El niño cumpla al menos un año o incluso dos para introducirles en el mundo del libro.

Es fundamental que pensemos en estos primeros contactos como algo realmente importante para nuestro bebé.

Estamos hablando de algo tan serio, como colocar las primeras piedras que formarán parte de la evolución en la función lectora de ese niño y de su gusto y disfrute por la lectura.

Cuanto mayor sea el contacto del niño con el lenguaje, tanto hablado como escrito, durante estas primeras etapas de la vida, considerablemente mayores serán las posibilidades de éxito con la lectura.

¿Dónde y cómo deberemos realizar los primeros contactos del bebé con el libro?

Sería interesante que buscáramos un rato en el día a día del bebé, para dedicarlo al libro. Está actividad debería convertirse en rutinaria.

Podemos aprovechar los momentos de tranquilidad, en los que nosotros también estamos relajados, para disfrutar sin prisa de nuestro bebé, acompañados del libro.

Podríamos quizá utilizarlo para distraerle mientras come, también sería un lugar adecuado mientras está en el baño o como parte de uno de los momentos de juego.

Sin duda, el momento preferido suele ser el ratito antes de dormir. Es el rato en el que nosotros estamos más relajados y el bebé puede disfrutar de toda nuestra atención, cariño y ternura. Seguramente, si se toma como hábito, este momento será para vuestro bebé uno de los momentos más esperados del día.

Cuando vayamos a realizar la actividad con el libro, deberemos observar cómo está el bebé. Si estuviera cansado o poco receptivo, será mejor dejarlo para otro momento. Si durante la actividad observamos que el bebé se cansa, no deberemos alargarla por más tiempo para que no se sienta incómodo con el libro.

Asimismo, deberemos observar cuáles son las páginas que más le gustan, para detenernos más en ellas.

Podemos permitir al bebé que nos ayude a sujetar el libro, si vemos que éste lo intenta, siempre que le dejemos sujetar la parte más ligera y que no le produzca ninguna incomodidad.

También deberemos permitirle intentar pasar las páginas cuando él demuestre que lo desea.

Si el bebé en sus juegos, estropeara el libro, nunca deberemos reñirle. Le indicaremos con cariño que el libro hay que cuidarlo y quererlo.

Al bebé le resultará divertido que utilicemos distintas voces y sonidos para referirnos a los personajes. Estos sonidos los realizaremos de forma suave y nunca los acompañaremos con gestos bruscos.

Deberemos cuidar con máxima atención estos primeros contactos. Si el bebé encuentra la actividad que realicemos con él, utilizando el libro como soporte, como algo grato, estará deseando repetir la experiencia. Si esta no le ha gustado, se ha aburrido o le ha dado miedo no querrá repetirla.

Los libros del bebé los colocaremos en un sitio visible, para que él pueda, en un momento dado, solicitarlos.

Nunca los mezclaremos con los juguetes, para que quede clara la diferencia entre el juguete y el libro. Los dos deben de ser agradables y divertidos para el bebé, pero hay que mostrarle desde un primer momento su diferencia.

¿Cómo deberán ser los primeros libros que mostráremos a nuestro bebé?

Realmente, sería interesante que el primer contacto con el libro se realizará, en cuanto el bebé fuera capaz de juguetear con algún objeto entre sus manos.

Existen en el mercado libros de tela o plastificados, blanditos y sin puntas e incluso libros especiales para jugar en el baño.

En cuanto el bebé sea capaz de fijar correctamente la vista y ademas sujete fácilmente su cabeza, ya podremos empezar a mostrarle libros de cartón grueso con ilustraciones.

Estas ilustraciones deberán resultarle atractivas, tanto por su color como por su forma. Las ilustraciones deberán ser muy sencillas para que el bebé las pueda reconocer con facilidad.

Para comenzar, sería interesante un libro con ilustraciones de figuras individuales, sencillas, bien definidas, con colores vivos y atractivos, sobre un fondo de color liso. Las ilustraciones deberán mostrar imágenes dulces y amables.

En esta etapa, también podremos introducir el libro-juguete. Libros con sonidos onomatopéyicos o cancioncitas. Estos sonidos no deberán ser nunca estridentes para no asustar al bebé.

Si seguís estas pautas esos momentos con vuestros hijos y los cuentos se convertirán en mágicos.

En el colegio, El niño, no aprenderá a leer hasta los cinco o seis años, pero no le hará falta la lectura para empezar a disfrutar de los libros.

En un principio el bebé te necesitará como mediador hasta que él quiera y pueda hacerlo de manera autónoma.

Anímate a entrar en el mundo de la fantasía con tu hijo. Hazlo no sólo por él, sino también por ti.

13 feb 2013

La importancia de la lectura


¿La lectura es sólo una bonita afición para nuestros hijos?


La lectura además de proporcionarnos información nos educa creándonos hábitos de concentración, reflexión y esfuerzo. Asimismo, nos hace disfrutar, nos entretiene y distrae evitándonos la sensación de aburrimiento.

Una persona con hábito de lectura estará mucho más predispuesta al aprendizaje durante toda su vida y mantendrá en forma sus capacidades intelectuales.

Haber adquirido una buena comprensión y fluidez de lectura, tener afición a la lectura, es algo más que tener un pasatiempo estupendo. Esta afición garantiza un correcto desarrollo de la persona y le proporcionará mayores posibilidades de éxito en todas las facetas de su vida.

La lectura nos permitirá  mejorar durante el período de escolarización, cualquier materia desde la física  hasta las matemática o la historia.

Pensando en el futuro, deberemos haber conseguido un buen hábito lector, para que no nos encontremos con ningún problema, en el desarrollo de nuestra profesión, ya que para cualquier especialidad se requerirá de una buena práctica lectora que nos permita tener una buena comprensión bien para leer documentos como para enterarnos de cualquier tarea que se nos encomiende, así como para actualizar nuestros conocimientos para hacernos más competentes día a día.

La lectura mejora la comunicación, nos facilita la expresión y por tanto las habilidades sociales.

Además, facilita la comprensión hacia los demás, ya que en nuestras lecturas contemplamos el universo humano a través de otras mentalidades, que son los diferentes autores que leemos.

También aprendemos a valorar las consecuencias de los distintos comportamientos humanos ante los problemas que plantea la vida.

Es una herramienta fundamental para facilitar cualquier trabajo intelectual ya que nos permitirá desarrollar habilidades como: memorizar, esquematizar, comparar, definir, argumentar, observar, etc.

La lectura irá aumentando nuestro bagaje cultural, a lo largo de toda nuestra vida.

Ampliará nuestros horizontes  permitiéndonos viajar y ponernos en contacto con otras épocas y civilizaciones; con otros países y sus diferentes gentes, tradiciones y costumbres, sin movernos de nuestra habitación.

Como resultado de un mejor conocimiento del mundo, perdemos prejuicios y nos volvemos más tolerantes con lo diferente.

Asimismo, nos vuelve más seguros, menos temerosos y vulnerables, ya que habremos desarrollado nuestro sentido crítico y tendremos más argumentos para defender nuestras ideas.

La lectura es una afición que, si hemos conseguido sembrarla correctamente, no nos abandonará nunca. Pasaremos momentos, en los que leeremos más y otros menos, pero siempre nos consideraremos lectores aficionados.

La lectura no tiene edad, es un "deporte" que se puede practicar siempre. No tiene edad ni condición, salvo por minusvalía, en concreto visual o mental. Podremos practicarla casi en cualquier lugar y nos librará de algunos de los males de nuestro tiempo.

Nos aliviará el sentimiento de soledad, nos evitará convertirnos en consumidores compulsivo y nos llenará el vacío de una vida superficial basada exclusivamente en lo material.

En conclusión la lectura nos hará más libres y felices.

(Pilar Aguilar)